Hay una canción en el nuevo disco de Mikel Erentxun que se llama “Cuando nos cambio la voz” nos cuenta la historia de una generación que jugaba a la pelota mientras el país estaba bajo una dictadura y ellos no eran conscientes de todo los acontecimientos que se Vivian durante aquellos años..porque eran niños..hoy os pregunto a cada uno de vosotros , a los que leéis este blog asiduamente y a los que caíste por aquí por casualidad..”Donde estabais vosotros cuando os cambio la voz”?
Hace escasamente una semana se celebro el 25 aniversario del colegio Pablo Neruda en el cual estudie , me enseñaron unos valores y formaron para llegar a ser el chico de 32 años que hoy escribe aquí… escuchando la canción de Mikel ,viendo fotos antiguas , rencontrándome con amigos de la infancia se vienen muchos recuerdos a la cabeza.
Nunca olvidare los años que pasamos los martes y jueves en aquella furgoneta gris que nos llevaba al gimnasio para dar las clases de Judo , en ella pasamos grandes y divertidos momentos y recuerdo uno con nostalgia, donde cantábamos a todo pulmón “a quien le importa lo que yo haga “de Alaska y dinarama , el conductor era Pablo el papa de 2 de mis compañeros de gimnasio ,por desgracia un cáncer se lo llevo hace ya bastantes años … pero recuerdo un consejo que nos dio a todos , el cual yo me lo tome como una de mis filosofías de la vida “Es más inteligente el que sabe evitar los problemas , que el que tiene que solucionarlos”
Hasta sexto curso tuve a mis compañeros de toda la vida, con los cuales pase mil aventuras, horas y horas dándole a la pelota, cambiándonos los cromos de la liga y aquella colección de marcas de coches que cuando conseguías acabarla si la entregabas te la cambiaban por un balón de futbol, yo siempre he sido un mal estudiante y solo me aplicaba en las asignaturas que conseguían despertar mi interés ,como le decía Don Ángel a mi madre :el niño de tonto tiene poco... es que no he visto a uno mas vago que el para estudiar..qué razón tenía el pobre…hace unos meses que no le veo por el barrio …ya esta mayor , pero siempre que me ve entona su Casti que tal va la vida!!!
En sexto curso me toco repetir..las matemáticas las dichosas matemáticas y el jodido ingles del cual los que me conocen a día de hoy pueden asegurar que nunca encontraran a alguien tan negado como yo para pronunciar el precioso idioma británico.
Nuevos compañeros , me acople muy bien a esta nueva etapa y tengo muy buenos recuerdos de ella , uno ya no era tan niño y en los 3 próximos años la evolución fue bastante rápida…una mañana te levantas y dices joder que bigotazo tengo ,piensas debería de quitármelo pero que coñazo tener que afeitarse ..al final el bigote me lo quite pero por no escuchar a más de uno .
Seguía igual de vago que siempre ,aprobando por los pelos y sacando sobresalientes en geografía y historia..pero es que la señorita Elena me cautivaba con sus historias de napoleón y compañía… menos suerte tenia la señorita Loli quedándose conmigo todos los días media hora más para enseñarme las matemáticas y yo claro en vez de tomármelo como algo bueno…para mí era el peor de los castigos… lo gratificante era que al salir las chicas guapas de clase estaban esperándome para volver a casa juntos …
Donde estaba yo cuando me cambio la voz?
Pues estaría comiendo bollicaos para coleccionar los tois, disfrutando de los veranos sin playa junto a mis amigos pero éramos los reyes del olivar ,haciendo guerra de globos de agua y destrozando zapatillas happy look, imitando a chiquitor en los bancos del parque ,mirando de reojo el calendario esperando que volviera septiembre para la vuelta el cole y volver a ver a la chica por la que perdía la cabeza…
Y tu dónde estabas cuando te cambio la voz?
By Albert
2 comentarios:
Un viernes decidí ir a la casa de mis abuelos en la playa, no había nadie y por mí mejor; ese viernes en la noche sentado en la arena llegó mi prima con sus amigas, y no solo me cambió la voz. Faltó decir que esa mañana del viernes, había un calor espantoso y preferí dormir en hamaca, al despertar sabía que ese día algo me hiba a cambiar, lo veía venir, por la tarde, recostado nuevamente en mi hamaca, tomé las llaves de la casa de la playa, tomé el autobús, y el resto es el inicio del parrafo. Mis cambios son puntuales y los reconozco en cada día, y son días que nunca olvido.
Un saludo Albert.
Gracias por dejar tu huella en el blog amigo…
Un fuerte abrazo Albert.
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